KYO V colisiona durante las 100 millas en solitario

La regata de 100 millas en solitario ha supuesto la consolidación del circuito. La dudas se han despejado y parece que los solitarios también aceptan las regatas largas, 16 barcos en la salida demuestran que también están dispuestos a hacer millas. En mi caso invertí aproximadamente 24 horas en cubrir el recorrido: Sa Rápita-Dragonera-Cabrera-Sa Rápita.

KYO V terminó en tercera posición precedido de MARAUDER y S’INDIO. Sólo comentar que hubo una encalmada importante justo después de la salida que retrasó un poco la marcha de la regata. El primero en los pasos de Dragonera y Cabrera, fue KYO V si bien el primero en entrar finalmente fue MARAUDER.

Esta vez cabe destacar la “casi-desgracia” que tuvo KYO V al colisionar en Cabrera contra un islote. Ciertamente es la primera vez que me sucede algo parecido. Eran las 4 de la madrugada y estaba virando el archipiélago de Cabrera con el viento de proa en un bordo hacia tierra. Tan sólo distaba media milla de tierra, por lo que obviamente no podía dormirme. El piloto llevaba el barco mientras yo, en la bañera, estaba con la escota de la mayor controlando la escora del barco. Realmente pensaba que era imposible que alguien se pudiera quedar dormido estando concentrado en algo, pero doy fe de que eso fue lo que me ocurrió. El golpe fue muy fuerte y el despertar traumático, todavía resuena en mi cabeza el sonido del impacto. Los primeros segundos fueron muy confusos al estar profundamente dormido. Lo primero que me vino a la mente fue que había chocado contra un contenedor ya que en ese momento todavía no era consciente de que me había dormido. Después de los primeros segundos de confusión llegó la realidad y el susto se fue transformando en rabia por mi propia estupidez. Era de noche y el panorama no era muy alentador. Afortunadamente el fondo impidió que la proa golpeara con la roca de superficie, quedando esta a escasos metros del barco. El barco quedó varado en el bajo moviéndose al son de las olas. Realicé varios intentos por contactar con el barco de seguimiento sin éxito. La marcha atrás estaba puesta a toda máquina pero parecía imposible salir de allí, finalmente pude contactar con el comité de tierra y explicarle la situación. Cuando se disponían a salir para rescatarme, una ola más grande de lo habitual levantó un poco el barco que al tener la marcha atrás puesta fue saliendo a duras penas.

Esta delicada situación me ha hecho reflexionar mucho ya que finalmente no ocurrió nada, al no detectar vía de agua ni daños mayores, pero hubiera podido ocurrir. No se me ocurre nada que hubiera podido hacer para evitar esta situación ya que me dormí súbitamente debido a la gran fatiga. Buscando las causas que hubieran podido propiciar esta situación (normalmente puedo estar más de 24 horas sin dormir) se me ocurre que pudo ser debido a una serie de circunstancias. La salida estaba prevista a las 9 de la mañana si había viento (de esta forma se esperaba que llegáramos a la baliza de dragonera antes del anochecer). La salida a tan temprana hora provocó que el remolque de las embarcaciones (los motores estaban precintados) empezara a las 8 de la mañana por lo que la reunión de patrones se realizó a las 7,30. Esto implicaba levantarse a las 6,30, es decir que la noche anterior ya había descansado muy poco.

Cada vez soy más consciente de la importancia de un buen descanso para que todo se desarrolle correctamente, tanto en la noche previa como, si el cuerpo lo demanda, durante la regata. En este caso tendremos que buscar el momento propicio para hacerlo (dormir o descansar), ya que en solitario esos momentos son escasos y cuando se presentan hay que aprovecharlos, pues nunca sabes cuando se repetirán.

Guillermo D.